Pues eso, de mantita en una tarde tonta de invierno, para recordar que el amor tonto triunfa en EEUU. Estando muy tonto hasta puede resbalar alguna lagrimilla tonta. Al menos está Jude Law, porque Mancy Meyers parece que no está dispuesto a evolucionar en su estilo de cine, ni en sus guiones, cuyos finales se descubren a los 30 segundos de película.
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