miércoles, 13 de febrero de 2008

No Es País Para Viejos, 2007

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Floja. Y peor aún... pretenciosa
Susurré: “No entiendo nada…” – y me susurraron: “Son los Coen…”. En esta ocasión Lebowski deja de ser el grande y cede el testigo a Bardem. Ciertamente este muchacho se merece la estatuilla. El resto, corre corre que te pillo al estilo Tarantino light con historias recruzadas que no convencen ni a Alejandro González Iñárritu. No me ha convencido en absoluto esta implacable aplicación de arte cuya visión y audición es un auténtico placer, mucho menos que sea un trabajo destinado a estudiarse en las escuelas de cine del futuro. Lo mejor la reacción de un espectador ante el primer éxitus: “…¡OLÉ!”. Al acabar, tímidos aplausos de un grupo de angloparlantes situados en la última fila. Al llegar a casa tiré una moneda al aire y sin esperar el resultado me quedé dormido.

2 comentarios:

Camilo dijo...

Yo creo que esta película habría dado más de sí si hubiese intentado ser un poco más americana y menos europea. Me gustaron los momentos Hollywood, odié el final tipo Sundance. Y lo de Bardem... No creo que el papel dé tanto de sí como para que merezca una estatuilla. Ni él ni nadie que hubiera interpretado a ese témpano con momentitos de "humanidad".

Juan Rodríguez Millán dijo...

El aprecio que yo le tengo a los Cohen está descendiendo de forma inversamente proporcional a los elogios que cosechan...

No veo la genialidad por ninguna parte de 'No es país para viejos', de verdad...