jueves, 19 de febrero de 2009

La Duda (Doubt), 2008

Título clavado
Duelo de interpretaciones para un espinoso guión basado en una oscura realidad de la Iglesia. Meryl Streep y Phylip Seymour Hoffman nos dejan la mejor pelea del año, en la que por supuesto no hay puños sino palabras. El director, por cierto el mismo que en 1990 dirigió Joe contra el Volcán (menudo cambio), consigue exactamente lo que propone en el título: que salgamos del cine con la duda, sin saber qué creer, o peor aún, a quién creer. En cualquier caso, se mueven tantas heces fecales bajo las faldas eclesiásticas que desde luego me ha servido para que siga sin creer en esta institución durante al menos otro lustro. Tras disfrutarla, primero nos obliga a pensar, luego nos invita a dialogar y finalmente, si nos hemos puesto de acuerdo, nos incita a recordar sus mejores frases durante una larga semana. Hay que verla, sin duda.

1 comentario:

Juan Rodríguez Millán dijo...

Esas dudas me parecen fascinantes. Para mí, una de las mejores películas del año y difícil de explicar su ausencia en la principal categoría de los Oscar, pero...

Estoy totalmente de acuerdo en que sólo por la necesidad de debatirla que uno tiene en cuanto acaba, es ya una película obligatoria.