sábado, 31 de octubre de 2009

Ágora, 2009

Guión Original, Fotografía, Dirección de Producción, Dirección Artística,
Diseño de Vestuario, Maquillaje y Peluquería, Efectos Especiales
Gélida
En algún momento tenía que ocurrir; superarse una y otra vez a sí mismo es muy complicado. Nos encontramos, sin duda, ante la peor obra de Amenábar. Es una película técnicamente perfecta pero que no trasmite absolutamente nada, no hay rabia, no hay lágrimas, no hay emoción. Ningún actor se cree su papel, y aunque la culpa de no saber atrapar al espectador es de los intérpretes, es el director el que debe manipularlos para que el guión cobre vida y sentido. Sólo se salva Oscar Isaac como Orestes. Raquel Weisz está mejor de lo esperado, pero sigue siendo una actriz sosaina que no consigo apreciar. El resto es para no volver a llamarlos jamás, ni siquiera para hacer un anuncio de yogurt griego. Es muy triste que un guión digno y una puesta en escena sobresaliente no sirvan de nada. Duele que aparezcan los títulos de crédito y uno se levante de la butaca sin haber experimentado miedo, ira o tristeza, y duele más si quién firma al final es alguien que hasta hoy lo había conseguido siempre. Sin embargo hay que ir a verla, y hay que verla en el cine. Es lo que tienen los genios, que incluso en los días malos nos conceden deseos más que aceptables. Ágora es de un nivel inferior si la comparamos con las cintas previas de Alejandro, pero si lo hacemos con la media del Séptimo Arte, aprueba con un notable alto. Incluso después de Ágora, Amenábar sigue siendo el mejor, sólo espero que siga entrenando, y sobre todo, que no se enfríe.

1 comentario:

Fernando Díaz | elsituacionista dijo...

El problema de Amenabar -al menos en las entrevistas que le he ido viendo- es que poco a poco se ha ido gustándose más y más a sí mismo. En esta última, su discurso es de una pedantería tremenda, y eso se traduce en sus guiones-películas.

Como Raúl, que se ocupaba más de los gesto de Florentino hacia la plantilla que de los partidos, el día que Amenabar vuelva a interesarse por el cine y no por todo lo accesorio, volveremos a disfrutar.