lunes, 15 de febrero de 2010

Celda 211, 2009

Película, Director, Actor principal, Actriz de Reparto,
Actor Revelación, Guión Adaptado, Montaje, Sonido
Impresionante debut de Alberto Ammann
Celda 211 se ha convertido en la mejor película española de 2009. No lo dicen los Goya, lo dice el público, y en esto del cine, al final es lo que más importa. Y esto no lo digo sólo yo, sino también Daniel Monzón, el director. Se trata de una obra que comienza algo fría, alejada del espectador, con un comienzo sangriento que invita a salir corriendo del cine (y que para mi es el único “pero” de la cinta, sobre todo porque es un plano completamente innecesario) pero que después se va calentando poco a poco, como una buena chimenea en invierno, bien nutrida de madera de roble. Cuando te quieres dar cuenta de lo que pasa delante de tus ojos ya estás metido en medio de un motín. Luis Tosar hace el papel de su vida, y lo hace sin ridiculizar al resto, porque lo que hace realmente grande a Celda 211 es el conjunto de la obra. Alberto Ammann es un completo desconocido y se ha llevado un merecidísimo premio. No sólo aguanta perfectamente a la sombra de Malamadre, sino que se potencia con él, e incluso a veces parece superarle. Este joven muchacho argentino, el mismo que un día de verano de 2005 compartió conmigo una comida bajo la sombra de un fresno en la sierra de Madrid, llegará lejos (siempre y cuando siga destacando por su modestia y no se le suba la fama a la cabeza). Sorpresa con mayúsculas de 2009. Agradable sabor de boca al salir del cine, y con regusto español.

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