martes, 8 de julio de 2008

La Niebla de Stephen King, 2007

Bichitos y profetas
Tras la genial Cadena Perpetua, Darabont ha ido bajando poco a poco. Ha recibido muy buenas críticas en este difícil género del terror, pero lo cierto es que miedo, ese sentimiento que acelera el latido cardiaco y nos hace pequeñitos y arrugados en la butaca, muy poco. Dimensiones aparte, que menudas explicaciones nos buscamos a veces, terminé bastante harto de este parque jurásico de insectos gigantes y profetas cansinas. Cuando la película ya no sabe hacia dónde ir Darabont nos presenta el más absurdo de los finales, del que muchos habrán disfrutado, como cuando gana el Imperio en Star Wars, pero que a mi me puso la guinda en este cocktail tan presuntuoso como descafeinado. Prescindible.

No hay comentarios: