Arrástrame Al Infierno, 2009

Me parto de miedo
Sam Raimi se ha vuelto a acercar a su Ejército de las Tinieblas. Después de entregarnos unas cuantas y notables entregas del hombre araña, vuelve con una historia sobre una maldición. Clasificada dentro del género de terror, hacía tiempo que no me reía tanto, y no porque la película sea especialmente mala (tampoco es una obra maestra), sino porque Sam juega con estos dos sentimientos (risa y miedo) y se divierte con el espectador. El final tiene unos puntos buenísimos. Todo dependerá del ambiente del que nos rodeemos: en la penumbra y solos, puede que algo de miedo; entre amigos y con unas cañas, juerga garantizada.