



Documental sobre una unidad de artificieros americanos en Irak. No destaca en absoluto por su guión, lineal como pocos y escasamente desarrollado, pero, y hay que reconocerlo, se trata de cine bien llevado. Kathryn Bigelow nos muestra pequeñas historias del día a día de estos arriesgados profesionales del ejército, cada una con su principio y su final, cada una con un diseño argumental de libro que consigue mantener la atención. El problema es el intento vano de conexión entre las historias, lazos nulos que terminan por provocar hastío, como la lluvia de los últimos días, siempre igual, siempre lo mismo. Durante los primeros minutos es interesante ver a Cristiano Ronaldo, él lo quiere hacer todo y lo hace bien, luego le expulsan un par de veces, el entrenador le dice que se controle y al final parece que juega en equipo. Excesivos los premios de la Academia, si bien en un año tan malo de cine americano parece que al final el tuerto es el rey.
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